Existe un desacuerdo sustancial sobre los términos usados para denotar estas divisiones de interpretación Preterista.
El Preterismo Parcial, el más antiguo de las dos posturas, sostiene que profecías tales como la destrucción de Jerusalén, el Anticristo, la Gran Tribulación, y el advenimiento del Día del Señor como una "venida en juicio" (Juicio Final) de Cristo fueron cumplidos en el año 70 d. C. cuando el general del Imperio romano Tito saqueó a Jerusalén y destruyó el Templo Judío, colocando así un detenimiento permanente al sacrificio diario de animales.
Identifica a "Babilonia la Grande" (Apocalipsis 17-18) con la ciudad pagana y antigua de Roma o Jerusalén.
La mayoría (aunque no todos) de los Preteristas Parciales también cree que el término Últimos Días no se refiere a los últimos días del planeta Tierra ni a los últimos días de la humanidad, sino a los últimos días del pacto Mosáico que Dios estableció exclusivamente con la nación de Israel hasta el año 70 d. C. Así como Dios venía en juicio sobre varias naciones en el Antiguo Testamento, Cristo también vino en juicio contra aquellos en Israel quienes le rechazaron.
Los Preteristas Parciales sostienen que el Nuevo Testamento predice y señala muchas "venidas" de Cristo.
Los Preteristas Parciales creen que la nueva creación viene en una progresión redentora mientras que Cristo reine en su trono celestial, subyugando a Sus enemigos, y eventualmente culminará en la destrucción de la muerte física, el "último enemigo" (1 Cor 15:20-24).
Si hay siquiera algún enemigo restante, la resurrección no pudo haber ocurrido ya.
Aunque el Preterismo Total es visto como herético por muchos, esta condenación no es universal.
Los críticos del Preterismo Total señalan a la condenación de la doctrina de Himeneo y Fileto (2:17-18) por parte del Apóstol Pablo, que creen es análogo al Preterismo Total.