Algunos de los galardones más importantes nunca fueron regulares, como la Mejor Jugadora del Año que no adquirió anualidad sino hasta 2014.
Por primera vez no se premió a la mejor jugadora, volvería recién en 2005 y el apertura inglés de 24 años Jonny Wilkinson venció.
El fuerte ala sudafricano de 21 años Schalk Burger fue el mejor del año y curiosamente la promesa, el octavo kiwi Jerome Kaino, tenía la misma edad.
El exhooker irlandés y leyenda Ronnie Dawson, recibió el premio Espíritu del Rugby por su destacada carrera.
Por la espléndida victoria en la serie contra los Lions y por primera vez, los All Blacks se alzó con el galardón.
Tras un año sin premiación, la hooker y leyenda kiwi de 33 años Farah Palmer fue nombrada Mejor Jugadora.
Un año después se creó el World Rugby Salón de la Fama para reconocer a los jugadores estrellas retirados.
Nueva Zelanda y su entrenador repitieron el triunfo, al que se les sumó su capitán; el ala de 25 años Richie McCaw.