Tras años en que la administración imperial otomana no da demasiada importancia al tema de los principados occidentales georgianos y sus reticentes Mtavaris.
En 1578 manda una fuerza para ocupar la plaza de Sujumi, utilizada como fuerte norteño en su control del Mar Negro.
Con la nueva situación bajo el paraguas otomano, los principados georgianos volvieron a pugnar por una lucha de poder interna en Georgia que reunificase los territorios.
La situación fue tan insostenible que la Casa de Dadiani, gobernantes del principado, debió exiliarse en Kajetia.
Sí pudo firmar una tregua y alianza con los reyes imericios, que veían con preocupación el avance de los príncipes abjasios, únicos Mtavaris no cristianos.
Durante el siglo XVII, los dominios georgianos seguirían pugnando entre ellos, en el caso de Mingrelia especialmente contra Abjasia e Imericia, al mismo tiempo que veían como los otomanos absorbían paulatinamente las regiones sureñas, cada vez menos interesados en qué poder reunificaba a Georgia para convertirla en tributaria y decidiendo dominarla por completo.
Mingrelia e Imericia vieron en el Imperio ruso un mejor poder del que ser Estado tributario por cercanía cultural y religiosa.
En 1802, el general ruso Pável Tsitsiánov ratificaría la anexión del Reino de Kartli-Kajetia orquestada en 1801, lo que desencadenaría dos años después la primera guerra ruso-persa.