Fue creada en 1988 por Juan Pablo II a través del motu proprio Ecclesia Dei[1] publicado por el Papa a raíz de la consagración de los obispos en el Fraternidad Sacerdotal de San Pío X por el arzobispo Marcel Lefebvre y el obispo Antônio de Castro-Mayer.
Sus compentencias se ampliaron en julio de 2007 y tuvo la consideración de dicasterio romano gracias al motu proprio Summorum Pontificum.
Lo comunicó con un motu proprio en el que estableció que todas sus tareas fueran asumidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Se ha encontrado, además, una integración eclesial para no pocos sacerdotes tradicionalistas, hasta ahora sin incardinar.
Colaborar con los obispos locales para satisfacer a numerosos grupos de fieles unidos a la tradición litúrgica latina, que solicitan la regular celebración de la Santa Misa según el rito del 1962 en sus diócesis