Policía del Pensamiento

La Policía del Pensamiento utiliza unas máquinas llamadas telepantallas similares a televisores provistos de un micrófono integrado, los cuales permiten a los agentes de la Policía del Pensamiento escuchar y grabar las conversaciones realizadas entre las personas que se encuentran a cierta proximidad de la telepantalla.

El castigo por "pensar mal" es ser secuestrado y torturado para hacer confesar los crímenes de pensamiento y, en última instancia, si el sujeto se resistía, ser llevado a la Habitación 101, donde se le quebrantaba definitivamente.

La delincuencia era algo común y muy extendido entre los proles, pero dado que todo eso no afectaba al Partido, se permitía: el control de la Policía se reducía a unas cuantas telepantallas y a la eliminación de elementos que fueran potencialmente peligrosos por estar desarrollando su inteligencia.

Como se afirma en la novela, "los proles poseían libertad intelectual, porque estaban desprovistos de intelecto".

En la película 1984, los miembros de la Policía del Pensamiento visten de negro, casco modelo británico, porra y cinturón negro, con las insignias del Partido en el cuello, igual que la infantería del Ejército, aunque sin mochila, con un fusil y un cinturón atado a los hombros mediante correajes en forma de Y.