Según el reportero de la organización Human Rights Watch Robert Kushen, "la acción no fue del todo (o tal vez no en todos) espontánea, ya que los atacantes tenían listas de los armenios y sus direcciones".
Este proceso se llevó a cabo a la luz de las nuevas políticas económicas y políticas de la Perestroika y la Glasnost, introducidos por el nuevo Secretario General de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que había llegado al poder en 1985.
[7] En los siguientes días se llevaron a cabo manifestaciones por azeríes en Bakú y otras ciudades de Azerbaiyán contra la unificación de Karabaj con Armenia, en la que se expresaron fuertes proclamas anti-armenios: las consignas comunes eran "Muerte a los armenios" o "Armenios fuera de Azerbaiyán".
[7][5][8] El pogromo de Sumgait fue seguido por otro pogromo contra armenios en 1988 en Kirovabad (en la actualidad, Ganja), la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán en la que todos los armenios fueron expulsados.
[12] En 1989 los armenios sólo permanecieron en aquellos lugares en los que tenían una comunidad fuerte y bien establecida, incluso en Bakú.
[15] El pogromo de armenios en Bakú tuvo lugar poco después y según varias fuentes fue una respuesta directa a esta resolución.
Las grandes manifestaciones del Frente Popular de Azerbaiyán tuvieron lugar en Bakú.
Al igual que en Sumgait, sus actividades se caracterizaron por la crueldad extrema: la zona alrededor de la parte que ocupaban los armenios se convirtió en un escenario de asesinatos en masa.
Aleksei Vasiliev, soldado del ejército soviético, aseguró ser testigo de haber visto a una mujer desnuda ser lanzada por la ventana en llamas, pues sus muebles se estaban quemando.
En el distrito Lenin de la capital se encontraron cuatro cadáveres no identificados quemados.
Que los autores del pogromo de Sumgait no recibiesen la debida sanción y que la información real sobre el pogromo fuera censurada y escondida del público, contribuyó, en gran medida, a la repetición de eventos similares en Bakú en 1990.
Estos eran, en su mayoría, los ancianos y enfermos, probablemente sin otros miembros de familia.