Los poetas uranistas fueron un pequeño grupo, un tanto clandestino, de escritores ingleses que estuvieron activos entre 1858 (cuando William Johnson Cory publicó Ionica) y 1930.
Otros escritores, como Edward Carpenter o el oscuro pero profético poeta e impresor Ralph Chubb, que destacó por sus obras majestuosamente ilustradas con litografías que exaltan al muchacho como un ideal, estuvieron asociados con estos círculos de forma marginal.
[1] Kaylor expande el canon uranista situando en el grupo a varios de los principales escritores victorianos.
Otros críticos como Richard Dellamora (Masculine Desire: The Sexual Politics of Victorian Aestheticism, 1990)[3] y Linda Dowling (Hellenism and Homosexuality in Victorian Oxford, 1994)[4] han contribuido a ampliar el escaso conocimiento sobre este grupo.
Paul Fussell menciona la poesía uranista en su libro The Great War and Modern Memory (1975), sugiriendo que proporcionó un modelo para las representaciones homoeróticas de los poetas ingleses de la Segunda Guerra Mundial, como Wilfred Owen.