A principios de 1951, el Intendente Municipal de Montevideo, Germán Barbato firmó un decreto que aumentaba el precio del boleto de transporte de 8 a 10 centésimos, lo que implicó una suba de 2 centésimos, cuya moneda se llamaba coloquialmente "vintén".
Esta consulta popular fue iniciativa del dirigente nacionalista Gustavo Penadés y contó con el apoyo de los sectores políticos encabezados por Luis Alberto de Herrera.
La asistencia no fue obligatoria y votaron 117.649 personas, lo que representó una cifra inferior a la cantidad de personas que habían firmado habilitando el recurso legal.
El resultado fue el rechazo a la suba del boleto y la derogación del decreto que la había impuesto.
El boleto volvió a valer ocho centésimos por un corto tiempo volviendo a subir algunos meses después por efecto de la inflación.