Pizzero

Este desempeño surge en la Italia preunificada, anterior al siglo XIX.

Gracias a la aplicación de una ley en 1807[3]​ que establecía la Legge sul diritto di bollo sobre todas las botteghe (pl.

Al igual que los casqueros, verduleros y herboristas con tiendas propias, los pizzeros se clasificaron al final de las categorías socioprofesionales, pagando una licencia anual de 4 ducados.

En una de sus novelas, Francesco Mastriani, retrata a un pizzero como una persona sucia, siempre vestido con una camisa manchada de vino y con las manos grasientas.

A menudo representados en la iconografía del siglo XIX, otros dos oficios asociados a este nuevo negocio son el pizzero ambulante, quien vende pizzas pero no las cocina, y el vendedor de pizza frita a oggi ad otto, es decir, una venta que permitía retrasar el pago hasta ocho días después de su consumo.

Pizzaiolo acrobático.