La historia de esta costumbre se remonta hasta la época medieval, en la cual hubo un año especialmente malo durante el que no llovió nada debido a una terrible sequía que azotó la zona, por lo cual no había casi comida para las gentes del pueblo.
La harina de trigo es rica en gluten y por ello importante para crear una textura esponjosa.
La elaboración del pan se hace combinando la harina y el agua con un agente, generalmente levadura, que produce la fermentación y subida de la masa, en un proceso que dura tres horas.
La masa se divide para obtener piezas de tamaño y forma similar con pesos bastante homogéneos o sea de igual peso, dándole posteriormente esa forma redonda tan característica.
La cocción se realiza a temperaturas comprendidas entre 210° y 250 °C, según el tipo de horno.