Fue descubierta en 1813 en Zschopau en los Montes Metálicos, en el estado de Sajonia (Alemania), siendo nombrada así por el mineralogista J.F.L.
Hausmann del griego piros -fuego- y morfos -forma-, en alusión a la forma que adopta al recristalizar el mineral fundido.
[1] Sinónimos poco usados son: pseudocampilita, piromorphita, sexangulita, poliesferita y plomo verde.
En España se encontraron ejemplares muy notables, y además en gran cantidad, en las minas de El Horcajo, en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), durante su época de explotación en el siglo XIX.
El mineral se puede reproducir artificialmente, desde que el químico Nögerath detectara en 1847 su presencia en una fábrica donde se trataban y beneficiaban minerales de hierro que contenían plomo y cierta cantidad de fósforo.