Este grupo se adjudicó el nombre del comerciante Mitrofán Beliáyev, un músico aficionado que llegó a ser un influyente mecenas y editor musical después de haber tomado un interés en la obra de Aleksandr Glazunov.
Como resultado del tiempo que Chaikovski pasó con los compositores más importantes del Círculo Beliáyev —Glazunov, Anatoli Liádov y Rimski-Kórsakov— la relación un tanto tensa que había sufrido previamente con Los Cinco finalmente se convirtió en algo más armonioso.
Durante 1884, Chaikovski, con 44 años de edad, comenzó a mostrar la poca sociabilidad e intranquilidad que le habían caracterizado desde su fallido matrimonio en 1878, el cual había causado que viajara incesantemente por toda Rusia y al este de Europa.
[5] Chaikovski escribió a su patrocinadora Nadezhda von Meck: «No había visto tal triunfo.
[4] Chaikovski promovió la música rusa, tanto en sus propias composiciones como en su papel de director invitado.
[12] Este miraba con recelo a Chaikovski, pues poseía una formación académica que no estaba de acuerdo con la filosofía musical adoptada por Los Cinco.
[12] Tal y como este más tarde le expresó a Nadezhda von Meck: «Por supuesto, tiene que estudiar».
[22] En un punto, Chaikovski le ofreció dirigir el Conservatorio de Moscú, pero este rehusó.
[24] Chaikovski estaba impresionado, no solamente por los logros de Rimski-Kórsakov, sino también por los del joven Glazunov.
[26] Finalmente, Glazunov se convirtió en catedrático del Conservatorio de San Petersburgo y más tarde en director.
[28] Al mismo tiempo, Chaikovski escribió a Balákirev, «Glazunov me interesa mucho.
¿Hay alguna posibilidad de que este joven pueda enviarme la sinfonía para echarle un vistazo?
[30] Glazunov posteriormente envió a Chaikovski una copia de su Poème lyrique para orquesta, acerca de la cual Chaikovski había escrito con entusiasmo a Balákirev, y había recomendado publicarla al editor P.
[31] Según el crítico Vladímir Stásov, Glazunov y Chaikovski se conocieron por primera vez en una reunión en octubre de 1884 organizada por Balákirev.
Un visitante frecuente de estas reuniones fue Rimski-Kórsakov,[43] que había conocido a Beliáyev en Moscú en 1882.
[46] Estos conciertos durarían hasta la Revolución de Octubre y para 1910 habían estrenado 165 obras.
[46] Aunque los tres trabajaron juntos, Rimski-Kórsakov se convirtió en el líder de facto del grupo.
[45] Comparado con los compositores «revolucionarios» en el círculo de Balákirev, Rimski-Kórsakov encontró que aquellos en el círculo de Beliáyev eran «progresivos ... ya que le daban gran importancia a la perfección técnica, pero ... también abrieron nuevos caminos, aunque con mayor seguridad, pero no obstante, con menos rapidez ...».
[49] Nueve años antes, Chaikovski había escrito una disección despiadada de Los Cinco para Nadezhda von Meck.
[50] En ese momento, sus sentimientos de aislamiento personal e inseguridad profesional habían sido más fuertes.
[25] En 1882, el editor Besel pidió la opinión de Chaikovski sobre un Arabesque para piano solo que Liádov había escrito.
Chaikovski respondió: «Es imposible imaginar algo más insípido en el contenido que la música de este compositor.
Tiene muchos acordes interesantes y progresiones armónicas, pero no tiene una sola idea, incluso del tipo más pequeño».
[60] Antes de conocer a Liádov personalmente, Chaikovski pudo haber suavizado esta postura.
Decidió presentarle al joven compositor una copia de la partitura de su Sinfonía Manfredo y una vez que conoció a la persona a la que el experto en Chaikovski, David Brown, llamó «indolente, fastidioso, muy recóndito, pero muy atractivo», su actitud hacia Liádov dio un giro brusco para mejor.
[61] Ahora, con su participación conjunta en estos conciertos, se dio cuenta de que ya no estaba excluido.
[67] Glazunov estudió las obras de Chaikovski y «encontró muchas cosas nuevas ... que fueron instructivas para nosotros como jóvenes músicos.
[34] Con la Tercera Sinfonía, Glazunov intentó ir más allá del estilo nacionalista para reflejar lo que él creía eran formas, estados de ánimo y temas universales.
El programa incluyó la Cuarta Sinfonía, Francesca da Rimini, Marcha Eslava y algunas obras para piano solo interpretadas por Felix Blumenfeld.
[88] Este fue el punto que señaló el compositor César Cui, exmiembro de Los Cinco, cuando escribió en su artículo «Padres e hijos» en 1888: «A pesar del contacto frecuente de todos los padres entre sí, cada uno conservó intacta su individualidad.