Su ángulo de apertura llega hasta casi 180 grados, y no tiene distancia mínima, es decir, la distancia mínima entre sus brazos es tan pequeña que incluso se puede sujetar una varilla de vidrio delgada con este modelo.
Un diseño algo más complicado, pero con una estructura muy similar es el modelo B, también con tornillo de ajuste montado excéntricamente, y que puede ser abierto hasta casi 180 grados.
No hay ningún pie o soporte para estas pinzas, deben sujetarse con la mano, por uno de sus extremos más largo.
Hay que tener precaución con el calentamiento del tubo pues la madera es propensa a la combustión.
Existen también pinzas hechas de plástico que pueden presentar ciertas características útiles, como su baja conductibilidad térmica lo que permite al usuario no quemarse mientras sostiene algún recipiente caliente con ellas, aunque en este caso deben estar hechas de un plástico resistente a altas temperaturas, como algunas que resisten temperaturas de hasta 200 °C.
[4] También su casi nula conductividad eléctrica puede hacerlas útiles para utilizar materiales cargados eléctricamente, ya que la carga no se disipa al utilizar un material no conductor.
Solo pueden estar construidas en metal, para aguantar temperaturas muy altas, y se necesitan guantes protectores para agarrarlas.