Los dos tipos principales de buretas son: Las llaves están fabricadas con materiales como el vidrio (que es atacado por bases) y teflón, inerte, resistente y muy aconsejable para disolver sustancias orgánicas.
Al deformar el tubo mediante una llave, este deja pasar el líquido.
Otras fuentes de error son las gotas que quedan adheridas en la parte inferior (error por defecto), pequeñas burbujas de aire situadas tras la llave (también error por defecto) y procurar que el vaciado no sea demasiado rápido, para evitar que quede líquido adherido al interior de la bureta.
Al llegar al punto final, si queda una gota colgando del orificio de salida, es conveniente recogerla tocándola suavemente con el recipiente receptor (usualmente será un matraz de Erlenmeyer), para evitar errores por defecto.
Esto se debe a que una gota son aproximadamente 0,05 mL y en ocasiones en volúmenes pequeños puede suponer un error importante.