Poussin desempeña un papel decisivo en la rápida perfección de la escuela francesa en su breve vuelta a París (1640-1642).
Le Brun sigue marcando las tendencias desde la Academia, institución que goza de gran estabilidad.
Finalmente, Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) compagina la realización de escenas galantes y otras más sentimentales que preludian el romanticismo.
Este tono sentimental y algo lacrimoso se evidencia en la obra de Jean-Baptiste Greuze (1725-1815).
Maurice Quentin de La Tour (1788), es el más grande pastelista del siglo, con gran penetración psicológica.
Finalmente, Jean Siméon Chardin (1699-1779) cultiva el bodegón, y escenas de inspiración neerlandesa.
El artista más destacado es Jacques-Louis David (1748-1825), que en 1784 había presentado Juramento de los Horacios.
Jean Auguste Dominique Ingres (1780-1867) es neoclásico, aunque se nota la influencia del romanticismo en cierta tendencia orientalizante (La Odalisca).
El realismo testimonial, que refleja la vida cotidiana del pueblo, viene representada por autores como: En 1874 se celebra en Francia la primera exposición colectiva de los impresionistas.
Édouard Manet (1822-83) es considerado un precursor del movimiento; su obra más conocida es Le Dejeuner sur l’herbe (Almuerzo sobre la hierba).
El cuadro que dio nombre a este movimiento fue Impresión: sol naciente, de Claude Monet (1840-1936), presentado en la primera exposición colectiva (1874).
Por su parte, el simbolismo se inició en las últimas dos décadas del siglo, con pintores como Gustave Moreau (1826-1898) y Pierre Puvis de Chavannes (1824-1898).
Entre otros pintores de esta escuela cabe mencionar a Emile Bernard y Charles Laval.
A la segunda generación simbolista se les conoce como los nabi, con una concepción estética fundamentalmente decorativa.
Es considerada la primera vanguardia ya que rompe con el último estatuto renacentista vigente a principios del siglo XX, la perspectiva.
Otros pintores que difundieron el cubismo fueron: Albert Gleizes (1891-1953), Jean Metzinger (1883-1956), Roger de la Fresnaye (1885-1925) y Fernand Léger (1881-1955).
Sin embargo, muchos de sus principales representantes son extranjeros, como los españoles Joan Miró y Salvador Dalí.
Más adelante, Cassandre (1901-1968) asume el lenguaje formal del constructivismo para crear unos carteles poéticos (Etoile du Nord, 1927; Dubo-Dubon-Dubonnet, 1934).
Hay pintores en los distintos movimientos artísticos originados y difundidos en otros lugares del mundo.
Junto a Francis Bacon, el gran representante de esta tendencia es Jean Dubuffet, creador del "art brut".