Georges Mathieu

[1]​ Tras estudiar Filosofía y Derecho, comenzó a pintar en 1942.

En 1947 se estableció en París, y en la década de 1950 adquirió fama internacional como uno de los máximos representantes del Expresionismo abstracto.

Es en París donde comenzó a exponer sus obras, realizadas a base de manchas espontáneas de color, pero su gran innovación fue la introducción de fulgurantes improvisaciones de trazos caligráficos, que aparecen en su pintura ya a finales de la década de 1930.

Considerando la pintura como una «pura manifestación del ser», y más pura cuanto mayor era la velocidad con la que el artista creaba su obra, convierte su pintura en espectáculo al elaborar sus creaciones a gran escala, en público y en muy breve tiempo, anticipando de este modo los fenómenos artísticos conocidos bajo las denominaciones «happening» y «action painting».

Así, en el teatro Sarah Bernardt de París realizó un cuadro de tres metros en menos de una hora, y en Tokio otro de doce metros en veinte minutos.