Pintura del Cinquecento

Representan la cumbre del renacimiento tres maestros de la escuela florentina que, sin embargo, destacarán por sus trabajos en otras ciudades, especialmente Roma: Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y Rafael Sanzio.

Los pintores ya no se obsesionan con la perspectiva lineal y geométrica, sino que procuran una mayor naturalidad en sus obras.

El rigor en la composición, con tendencia a adoptar formas piramidales, producen esa sensación de orden y equilibrio.

En cambio, apenas una generación después, la luz incide de manera distinta, creando sombras que aportan mayor realidad y perspectiva.

No son ya escenas vibrantes y luminosas, sino que aparece la neblina o el crepúsculo.

Al lograr ese perfecto equilibrio en tan solo una generación, se cerraban las vías hacia un nivel más alto o una nueva creatividad, porque no era posible mejorar la perfección.

De este modo, los altos niveles conseguidos por Leonardo, Rafael y Miguel Ángel no podían mejorarse y sí tratar de imitar una y otra vez, pintando los artistas posteriores a la maniera (esto es, «con el estilo») de esos grandes maestros del Alto Renacimiento, que es lo que se ha dado en llamar el Manierismo o «Renacimiento tardío» (1520-1600).

Varias circunstancias concurren para acrecentar esa crisis del Alto Renacimiento que hizo surgir el Manierismo.

También hay un agotamiento del ideal humanístico, ya que los conocimientos preestablecidos encuentran su contraste en los nuevos descubrimientos, geográficos y científicos.

Leonardo Da Vinci (1452-1519) encarna al hombre renacentista por antonomasia, por las muy diversas formas del saber que atrajeron su atención.

Destaca su contribución con la técnica del esfumado, consistente en difuminar las sombras de la persona pintada hasta que se confundan con el fondo oscuro.

Su gran proyecto para Florencia, un fresco con la Batalla de Anghiari en la sala del Palazzo Vecchio se cree que no se llegó a ejecutar; en cualquier caso, a tiempos modernos solo han llegado copias de su dinámica composición.

Es el artista más completo del Alto Renacimiento, pues realizó obras escultóricas, pictóricas y arquitectónicas.

Su obra cumbre como pintor son los frescos que realizó en la Capilla Sixtina: primero la bóveda (1508-1512) y veinte años después el Juicio Final (1533-1540).

Las diferencias de estilo entre una y otra composición evidencian el tránsito del Alto Renacimiento al Manierismo.

Predomina en esta obra la representación anatómica de la figura humana en detrimento del paisaje, que nada interesa a Miguel Ángel.

Las obras de Tiziano ya no demuestran un estilo renacentista, sino algo más barroco, el manierismo.

Discípulos inmediatos de Rafael fueron Giovanni da Udine, Julio Romano y Perino del Vaga.

La escuela de Atenas , fresco de Rafael en las estancias del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano , es un ejemplo cumbre del Alto Renacimiento. En un marco arquitectónico clasicista, que recuerda a las obras de Bramante , el centro de la composición lo ocupan las figuras de Platón y Aristóteles .
Vista de la Capilla Sixtina , con parte de la bóveda (1508-1512) y el Juicio Final (1533-1540), obras de Miguel Ángel .
La creación de Adán , detalle de la Bóveda de la Capilla Sixtina , fresco restaurado.
Los desposorios de la Virgen , obra de Rafael (1504), que evidencia la influencia de Perugino .
La Virgen del prado (1505-1506) obra de Rafael con claros rasgos leonardescos, como la composición triangular y la suave gradación de luces y sombras.