Sin embargo, el nombre de la localidad popularmente se suele abreviar con frecuencia como «Pinos».
No se han hallado documentos físicos que testifiquen la existencia de poblaciones en Pinos del Valle durante el periodo de romanización, pero sí existen yacimientos destacados.
Durante los ocho siglos de dominio musulmán, la localidad adquirió la configuración urbana y agrícola que ha permanecido sin cambios sustanciales hasta la actualidad.
Progresivamente se fue introduciendo la vid, aunque la plaga de filoxera del siglo XIX destruyó prácticamente todos los viñedos.
Comenzó su implantación en Béznar y fue extendiéndose gradualmente por todo el Valle de Lecrín.
La localidad de Pinos del Valle goza de una posición estratégica, situada a medio camino entre la capital granadina y la Costa, con acceso directo a la autovía A-44 (Bailén-La Gorgoracha) desde la salida número 164.
No obstante, existe cierta predisposición hacia el aumento del turismo rural y ecológico, a la que se ha respondido recientemente con una creciente oferta de alojamientos, albergues y casas rurales.
Las zonas bajas de clima más cálido han sido ocupadas por árboles frutales, fundamentalmente cítricos, que desde Béznar se extendieron por toda la comarca del Valle de Lecrín.
Se cultivan asociados con los olivos, frecuentemente centenarios, que con su mayor envergadura los protegen del frío viento invernal y los resguardan de las heladas.
Debido a los abruptos desvineles del terreno, desde hace siglos se ha desarrollado un complejo entramado de construcciones aterrazadas escalonadas que localmente se conocen como bancales y constituyen un elemento característico del paisaje.
Antiguamente existían en Pinos del Valle dos molinos dedicados a la molienda de la aceituna: uno situado en el barrio Bajo, actualmente cerrado y reformado en sala para la realización de eventos, y otro ubicado en el barrio Alto, junto a la carretera GR-3204, donde se emplaza la Cooperativa S.C.A.
Entre sus monumentos destaca la Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, construida entre 1561 y 1566.
Se encuentra ubicada en el barrio Bajo de Pinos del Valle.
El exterior de la iglesia conserva la sobriedad del primitivo templo mudéjar.
Contiene una obra en madera policromada representando al Cristo del Zapato, San Roque y San Sebastián, de muy hábil ejecución, realizada por el escultor granadino Domingo Sánchez Mesa.
Está situada a más de 800 m s.n.m., en una zona estratégica entre Pinos del Valle y Los Guájares, desde donde se divisa perfectamente el mar Mediterráneo.
Pinos del Valle celebra sus fiestas patronales en honor a San Roque los días 15, 16 y 17 de agosto,[9] que incluyen procesiones, verbenas, cucañas, fuegos artificiales y competiciones deportivas.
También se realiza una romería a la ermita hacia el mediodía en la que participa gran parte del pueblo y la comarca.
Antiguamente eran habituales las promesas y que un gran número de pineros subieran descalzos.