Puede estar embellecida, sirviendo en este caso no solo como refuerzo, sino como decoración.
Los orígenes de esta tradición son vagos, pero su presencia en los países judeocristianos pueden estar asociados con una cita del Antiguo Testamento (Salmo 118:22):
Es citada seis veces en el Nuevo Testamento (Mateo 21:42, Marcos 12:10, Lucas 20:17, Hechos 4:11, Efesios 2:20 y 1 Pedro 2:7).
[1] Algunas piedras angulares son cápsulas del tiempo desde el momento en que se construyó un edificio en particular.
Una vez hecho esto, el obispo o un sacerdote delegado por él a tal propósito, bendice con agua bendita, rociando primero la cruz anteriormente levantada y luego la piedra de fundación.
[1] En la Iglesia Ortodoxa Oriental se debe obtener la bendición del obispo antes de que la construcción de una nueva iglesia pueda comenzar, y cualquier clérigo que se atreva a hacerlo sin bendición, puede ser depuesto.