Claro que esa paz tenía un significado distinto para el gobernador Martín Rodríguez, que pretendía ocupar el territorio indígena entre Dolores y Tandil sin permiso de sus ocupantes.
A fines de ese año, tras el malón a Salto y Rojas, el gobernador Rodríguez respondió lanzando una campaña de exterminio, no sobre sus autores, sino sobre los indígenas del sur.
[3] Reunió un gran parlamento en Sierra de la Ventana, en el cual figuraba Pichiloncoy, y pretendió capturar a los caciques.
Después se firmaron varios tratados más, en casi todos los cuales aparecía el nombre de Pichiloncoy.
El general Ángel Pacheco los buscó por todos lados, pero fueron encontrados por Hilario Lagos y Francisco "el ñato" Sosa, que acuchillaron a la gente de lanza, secuestraron a las mujeres y destruyeron lo que no se podían llevar.