Su tía Catalina mandó instalar para la culta Filipina una biblioteca renacentista cuyos armarios pintados se han conservado hasta ahora.
Solo los amigos íntimos de la pareja sabían que los niños depositados en el umbral del castillo y acogidos por Filipina eran sus propios hijos.
El hijo mayor, Andrés, iba a ser nombrado cardenal, lo que requería la justificación de un origen legítimo.
El papa liberó al archiduque Fernando de su juramento, tras lo cual proporcionó la justificación solicitada.
El moderno castillo de Ambras fue reconstruido por el archiduque Fernando II cuando fue nombrado soberano provincial del Tirol en 1564, convirtiendo la fortaleza medieval existente en un espléndido palacio renacentista para su esposa.
Hoy en día es un museo de historia del arte «Schloss Ambras Innsbruck».
En Ambras, Filipina se ocupaba de recolectar hierbas medicinales y escribió una farmacopea.
[3] A Filipina también se le atribuye un libro de cocina sobre platos de su época; sin embargo, no es del todo seguro que sea la autora,[4] aunque como mínimo, hizo adiciones o más bien las hizo hacer.
[6] Además, se comprometió con las obras de caridad y ayuda a la población, como demuestran las muchas solicitudes escritas que recibió.