Ambas localidades han formado la red Villas de Nobel, una iniciativa asturiana a la que recientemente se ha sumado la italiana Corteno Golgi (Lombardía), localidad natal de Camillo Golgi.
En su reciente tesis doctoral, Cortés Valenciano afirma su relación con el nombre personal PETILIA que está atestiguado como nomen y cognomen, y estaría en concordancia con los sucedido en otros poblamientos cercanos cuyo topónimos mantienen un origen similar.
Junto con Ruesta, el rey pamplonés mantuvo el lugar dentro del reino patrimonial heredado por García Sánchez III en 1035 y, por tanto, fuera de la herencia recibida por Ramiro I de Aragón.
Sin embargo, a la muerte de Alfonso I el Batallador (1134) en lugar quedó bajo la autoridad aragonesa.
Unas décadas más tarde, durante otra guerra con Aragón, la plaza se vio reforzada con 31 peones («así se denominaba a las gentes de a pie, por lo general ballesteros») mientras que otras fortalezas fronterizas cercanas sólo recibieron 10.
Otro episodio notable vivido por Petilla nos lleva a la Guerra de Sucesión española que tuvo lugar entre 1701 y 1714.
Mientras, Aragón se mantuvo fiel a la dinastía de los Austrias, recuperó terreno dejando a la villa otra vez aislada, en terreno enemigo, cuyas tropas entraron en la villa, talaron sus campos y quemaron muchas de sus casas.
Sin embargo, casi un siglo más tarde, en 1952, la localidad padecía un enorme despoblación adoptando la Diputación Foral de Navarra, con Amadeo Marco al frente, intervenir adoptando grandes medidas para evitarlo: José Yárnoz Larrosa junto a su hijo José María Yárnoz Orcoyen realizaron tareas de restauración donde "hubo que reconstruir casi todo el pueblo";[17] se construyeron las escuelas (convertidas en 2009 en un hostal),[18][19] la casa consistorial y la carretera que une el pueblo.
En los siguientes años se practicó un intensiva reforestación que palió poco su despoblamiento.
[34] Edificio gótico (siglo XIII) realizado en piedra, de nave única, dividida en dos tramos y cabecera poligonal.
Un elemento que destaca en la portada, claramente románica, con cinco arquivoltas, parcialmente tapada con posterioridad por un contrafuerte en su parte derecha.
El mismo vano del acceso muestra un arco de herradura ligeramente acentuado.
Se conocen los maestros canteros que trabajaron en esta ampliaciones: Nicolás y Martín de Lizarraga.
[36] A los pies del templo existe un coro alto que conserva parte de su barandilla primitiva de estilo gótico tardío (primera mitad del siglo XVI) con nueve paneles con una decoración basada en una tracería gótica flamígera complementada con ménsulas talladas con elementos animales y antropomorfos propio de este gótico tardío peninsular.
Los únicos restos que quedan son unos surcos labrados en la roca a tres metros de altura.
[40] Con todo, contra lo sucedido en otros casos, el alcaide aragonés Juan Ramírez, señor de Sibirana, siguió recibiendo la retenencia incluso en 1525 siendo renovada dicha merced a un hijo suyo de igual nombre.
[42] También fue el último pueblo en mantener viva la lengua aragonesa en Navarra, la hablada en su entorno, por su propia situación geográfica.