Castillo de Sibirana

El castillo de Sibirana, o simplemente Sibirana (o Sibrana), es el nombre con el que se conoce a un despoblado del que tan solo se conserva un castillo y una iglesia (la Ermita de Santa Quiteria), ambos en estilo románico aragonés.[2]​ Se puede llegar a Sibirana por una pista que desde Luesia llega al pozo de Pígalo, dejando la pista cerca de Pígalo por un camino que avanza en dirección noroeste.Por otra parte, esta maniobra le permitía evitar la expansión del condado aragonés hacia esta región, a la vez que presionaba sobre la ciudad de Huesca, que se encontraba en manos de los árabes, cuyos jefes se encontraban en buenas relaciones con la familia Aznar, titular del condado de Aragón.[3]​ Sin embargo, según José Luis Aramendía,[1]​ basándose en la obra El nacimiento del arte románico en Aragón, de E. Lorente, F. Galtier y García Guatas, el castillo de Sibirana fue conquistado por el rey Sancho Garcés I Pamplona en el año 921.Además, al norte las torres eran más accesibles, por lo que evitar aberturas era también una estrategia defensiva.Al norte del conjunto hay una amplia plaza a la que se accede bordeando el castillo por su parte occidental.[1]​ La iglesia está orientada al este, teniendo una sola nave,[1]​ con tejado de vigas de madera y teja árabe, derrumbado casi completamente en la primera década del siglo XXI.No es posible precisar con exactitud cuándo se despobló Sibirana, pero parece que fue entre los siglos XVII y XVIII.