Petenera

Las primeras noticias constatadas en España son del año 1826, en la ciudad de Cádiz, donde se anuncia una función teatral en la que el bailarín Luis Alonso interpretaría una petenera veracruzana o americana.

[4]​ La petenera existía como forma musical previamente a su adaptación al flamenco; para algunos estudiosos, está emparentada con la zarabanda del siglo XVII.

La llamada petenera grande no es bailable, a diferencia de la corta, que sí puede bailarse acompañada por palmas.

Esta fue adoptada por su hijo José Rodríguez de la Rosa (Niño medina) y Antonio Chacón.

Federico García Lorca le dedicó a este cante su poema «Gráfico de la petenera», que forma parte de la obra Poema del cante jondo (1931), e incluso las interpretó al piano acompañando a La Argentinita en una histórica grabación.

El compositor Pablo Sarasate escribió una obra titulada Peteneras para violín y piano.

Históricamente, tanto el baile como el cante de la petenera han estado rodeados de un aura supersticiosa, se afirmaba que traía mala suerte a sus intérpretes.

Vista de Paterna de Rivera de noche, el pueblo que pudo dar nombre a las peteneras.
Monumento a la Petenera en Paterna de Rivera