La búsqueda del pez en su escondite para capturarlo es en lo que se basa este estilo.
El éxito dependerá bastante de la experiencia en saber seleccionar y buscar las oquedades más idóneas en las que podamos encontrar una presa.
Al contrario de la pesca a la espera, se usan fusiles más cortos por su mayor maniobrabilidad.
Los riesgos que entraña este deporte pueden ser minimizados si una persona vigila nuestro ascenso.
El accidente más común es el síncope que suele producirse en los últimos metros de la ascensión, dejando al pescador inconsciente.
No obstante existen técnicas especiales para la pesca en pareja, como atacar una piedra desde dos ángulos a la vez, de forma que si la presa ve a uno de los pescadores por un lado intentará huir por el otro, en el que el compañero está esperando.
Su complejidad se fundamenta en la difícil visibilidad y la posible corriente existente en la zona de pesca, también considerando que atacamos a la presa en pleno movimiento.
Igualmente, para completar el equipamiento y resistir a las grandes presas, se debe contar con un arpón así como un carrete.
Una linterna estanca permite explorar de forma eficaz las grutas; aunque su uso está prohibido en muchos países, como la pesca submarina nocturna en general.
La punta recta llamada «hawaiana» o «tahitiana», generalmente de acero inoxidable o galvanizada con un diámetro de 6 a 7 mm, está equipada con una aletilla móvil que puede levantarse para evitar que el pez se libere.
Para peces grandes, la varilla puede estar unida a un carrete (fijado a su vez al fusil o al cinturón); y para peces muy grandes (atún, marlín...), la punta puede ser desmontable.