La pesca con mosca se practica usualmente en lagos, ríos y en el mar.
Otros textos desde 1360 identifican a la pesca con mosca como el método elegido por la gente del pueblo, a lo largo de una extensa área que abarcaba desde las llanuras suizas hasta lo que fue Siria.
[6][7] Esta obra fue comentada y aumentada en 1825 por Luis Peña, en la que eleva a 41 los señuelos posibles.
Para el lanzamiento del señuelo se utiliza una caña ligera y especialmente flexible.
Básicamente se pretende atraer al pez con un señuelo que imita, en este caso, a ninfas, pupas o insectos ahogados o secos, de una manera muy natural y delicada.
Por otra parte, existen regulaciones con respecto a la devolución de los peces, que varían según los distintos países.