El perfeccionamiento (del latín: perfectĭo, -ōnis ‘perfección’), en Derecho, es el cumplimiento de los requisitos para que un acto jurídico, una ley o un contrato adquiera plena vigencia y fuerza jurídica.
La perfección del contrato es el momento en el que este comienza a producir efectos y se hacen exigibles las obligaciones derivadas del mismo entre las partes contratantes.
Las obligaciones puras y simples en cuanto se perfeccionan dan nacimiento a un derecho.
El contrato unilateral requiere para su perfeccionamiento la voluntad de una sola parte: el creador del acto.
[2] Por regla general, las leyes adquieren vigencia y fuerza jurídica desde que se insertan en el periódico oficial del respectivo país, a menos que la misma ley haya establecido reglas diferentes sobre su entrada en vigencia.