Aun cuando Venezuela no estaba involucrada en el conflicto, sí se veía afectada, lo que llevó a Diego Cisneros a traer al país un amplio suministro de la fórmula básica de Pepsi Cola, y con ello logró no afectar la producción y continuar satisfaciendo la demanda existente para el momento.
[6] En 1989 nace PepsiCo Alimentos en Venezuela operando una empresa conjunta (Joint Venture) con Empresas Polar denominada Snacks América Latina, la cual estuvo conformada por Comercializadora Savoy, Distribuidora Marlon, Distribuidora Taobe y Comercializadora Jacks, entre otras.
La experiencia que representaba embotellar, comercializar y distribuir mediante la empresa Panamerican Beverages Inc.
(o Panamerican), permitió introducir en el mercado venezolano bebidas gaseosas con sabores locales, logro que surgiera en 1996 la marca Hit de Venezuela (y Frescolita).
En 1993, Empresas Polar incursiona en el negocio de refrescos al adquirir la pequeña embotelladora Golden Cup.
International licencia a Empresas Polar la marca Gatorade para Venezuela,[13] ese mismo año Empresas Polar agrupó todas la producción de bebidas y aperitivos bajo una división llamada PepsiCo Venezuela.
[5] Al no recibir una respuesta positiva, estos optaron por negociar con Coca-Cola, quien venía hablando con la organización con anterioridad, a sabiendas de que Coca Cola era mayoría en toda Latinoamérica, y esta planeaba una estrategia agresiva para recuperar el mercado en Venezuela, que tenía el caso único de contaba con 12% de participación en el mercado.
[5][6] Mientras tanto el entonces presidente Rafael Caldera garantizó que su gobierno sería neutral en la "guerra de las colas", en tanto su ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, expresó regocijo por lo que la batalla entre rojos y azules representa en inversiones.
[4] Por su lado Hit de Venezuela pone a la disposición sus plantas para expandir la participación hacia otros mercados.
[3][4][5] La empresa transnacional que embotella productos de la Coca Cola en México, Brasil, Colombia y Costa Rica, se hará cargo de la operación conjunta dirigida por Coca Cola y las embotelladoras Cisneros.
[3][6] Pepsi asumió todas las responsabilidades de las acciones jurídicas contra los Cisneros por infringir su contrato con Pepsi para unirse a Coca Cola, pero afirmó que no tiene planes para tomar el control de las plantas embotelladoras que Coca-Cola había colocado a la venta en un fideicomiso especial junto a 500 vehículos, depósitos y otras instalaciones y equipos.
[22][8] Como réplica, Oswaldo Cisneros, presidente de la embotelladora, apeló a los elementos que hacen rescindible la asociación, como serían poco cuidado de Pepsi para con su mercado venezolano y negativa a inversiones en nuevas tecnologías.
Con ello se esperó llevar el consumo per cápita de refrescos desde las 230 botellas por año a 320.