La ópera describe un apasionado triángulo amoroso entre Pelléas, su hermano Golaud y la extraña Mélisande.
No hay referencias temporales, aunque su arcaísmo sugiere que transcurre en la Edad Media.
La composición de la ópera avanzó entre 1897 y 1900, años en los que además presentó algunos fragmentos en audiciones privadas.
A la réplica de Mélisande, "No soy feliz" ("Je ne suis pas heureuse"), toda la sala aulló, "Nosotros tampoco" («Nous non plus»).
Debussy, atrincherado en el despacho del director, no quería ver a nadie.
La incomprensión no empaño el éxito: "Pélléastras" y "contrapuntistas" se enfrentaron.
Golaud ve que bajo el agua hay una corona, pero la joven amenaza con ahogarse si intenta recuperarla.
Geneviéve, madre de Golaud, le lee una carta a Arkel de su hijo, en la que cuenta que se ha casado con Mélisande y pide permiso para volver al castillo con ella.
Arkel lo acepta, a pesar de que le había arreglado una boda con la princesa Ursula.
Geneviève y Mélisande pasean por los jardines del castillo, junto al mar.
Geneviève se retira, y Pelléas ayuda a Mélisande a subir al castillo, y luego le anuncia que pronto se irá del castillo.
Mélisande se siente encantada con la fuente e intenta meter sus manos en el agua, pero solo moja su larga cabellera.
Mélisande se muestra preocupada y le dice a Golaud que no está feliz en el castillo.
De pronto, Golaud ve que no lleva el anillo y Mélisande teme contarle la verdad y le dice que lo perdió en una gruta cerca del mar.
Comienza a subir la marea y ambos se retiran llenos de angustia.
Intenta no darse cuenta del mensaje dado por Golaud, y este se lo dice claramente: debe alejarse de Mélisande que está a punto de ser madre y necesita tranquilidad.
Un pasillo del castillo Pelléas cita a Mélisande en la fuente de los ciegos esa misma noche, ya que se va y quiere despedirse.
Cuando se aleja del pasillo, aparece Arkel y comienza a conversar con Mélisande.
Una fuente en el parque Mientras Yniold busca una pelota aparece un rebaño de corderos.
Mélisande ha muerto y Arkel ordena que se lleven a la niña de la habitación.
El simbolismo se opone al realismo en todas sus formas, y busca expresar aspectos de la realidad que no son evidentes.
La orquesta no es estridente, y permite en todo momento a los cantantes desplegar claramente el texto.
Debussy pensaba que la música comienza cuando la palabra pierde poder y capacidad de expresión.
Formado solamente por dos notas (re-mi) aparece frecuentemente con distintas variaciones y en general en el registro grave de la orquesta, ya sea cuerdas o vientos, lo que le da un carácter sombrío.
[3] La primera grabación completa de la ópera se hizo por la Grand Orchestre Symphonique du Grammophone con el director Piero Coppola en 1927.