Pedro de la Peña y Cívico (Lima, * 1646 - † 6 de octubre de 1724) fue un clérigo y catedrático criollo, que ocupó altos cargos eclesiásticos y académicos en el Virreinato del Perú.
Efectuados sus estudios de latinidad, ingresó al Real Colegio de San Martín (1673), luego fue huésped y rector del Colegio Mayor de San Felipe y San Marcos.
Se recibió como abogado ante la Real Audiencia de Lima.
Como parte de su ministerio sacro, regentó algunas parroquias de Lima, hasta su nombramiento como racionero del Cabildo metropolitano (1701).
Desde entonces, ejerció los cargos de consultor y juez ordinario del Santo Oficio, provisor y vicario general del arzobispado (1713), en sede vacante por el fallecimiento de Melchor de Liñán y Cisneros y hasta la entrada de Antonio de Soloaga; promovido posteriormente a tesorero (1716) y arcediano (1718), ejerció nuevamente el cargo de provisor y vicario general ante la muerte del arzobispo Soloaga (1722).