Pedro recibió su epíteto a causa de su antigua profesión como batanero (fullo).
Allá, sus creencias no calcedonias inmediatamente se hicieron evidentes, lo que provocó su huida en busca de Zenón, que estaba de viaje hacia Antioquía como Magister militum (magister militum per Orienten).
Llegando a Antioquía en 463, Pedro ansió para sí el trono patriarcal, que estaba ocupado por Martirio.
[4] En consonancia con Teodoro, Pedro huyó y Juliano fue unánimemente escogido obispo en su lugar en 471 (o 466[1]), manteniéndose en el cargo hasta el segundo restablecimiento de Pedro, a manos del emperador Basilisco en 476.
Esta vez, Pedro nuevamente forzó la adición al Trisagio y actuó con gran celo contra el partido calcedoniano, chafando toda la oposición apelando al pueblo sirio, que él ahora controlaba.
La caída de Basilisco, sin embargo, trajo la ruina para todos los que lo habían apoyado y venían promoviendo sus acciones.