Su madre siempre le describió Comala como un pueblo hermoso, pero cuando se iba acercando sólo veía un lugar desierto y sin vida.
En el camino se encuentra a un campesino llamado Abundio Martínez, quien lo lleva al mesón de Eduviges Dyada, misma que ya lo esperaba.
Las expectativas sobre la película eran muy altas, recibió ayuda del gobierno y personas en el medio creían que la llegada al cine de tal obra literaria era un acierto.
Fueron muchos los percances que conllevaron a ese resultado pero fue principalmente la adaptación del guion.
En palabras de Carlos Velo: Ignacio López Tarso, dijo sobre la película, una vez terminada: