Pedro Navaja narra los últimos momentos de este personaje y una prostituta en una calle del "viejo barrio".
El arreglo musical estuvo a cargo del trompetista puertorriqueño Luis "Perico" Ortiz, producida por Willie Colón y grabada en La Tierra Sound Studios en la ciudad de Nueva York.
Al consumar el asesinato, Pedro recibe un disparo del revólver que tenía Josefina y ambos caen tendidos en la acera en el cruce de las calles A y B (en vivo Blades señala que los cuerpos están en las inmediaciones de un barrio del Bajo Manhattan).
En 1984, la canción sirvió como base para la película del mismo nombre y tuvo una secuela El Hijo de Pedro Navaja en 1986.
En ella le da un giro completo a la historia, sugiriendo que casi diez años después Pedro Navaja sigue vivo y haciendo de las suyas.