Condujo para diferentes marcas como Citroën, Lancia y Porsche; con las que logró diversos éxitos a lo largo de su carrera.
Ganó la polémica edición 35º del Rally de Montecarlo.
En un principio los vencedores fueron los finlandeses Timo Mäkinen y Rauno Aaltonen que corrían ambos con un Mini Cooper, del equipo BMC.
Según la legislación francesa las bombillas de un solo filamento estaban prohibidas y los faros principales debían tener dos filamentos para dar luz larga y de cruce.
Sin embargo, cuando su hijo, Henri ganó el mismo evento justo veinte años más tarde, en 1986, esta vez de manera convincente, a Pauli se le oyó decir: "Ahora el nombre de Toivonen se ha limpiado".