Paula Noya

Su trabajo examina temas existenciales, íntimos y vitales que se vuelven universales a partir de obvias referencias autobiográficas en una búsqueda constante de identidad.

[1]​ Ha participado en exposiciones colectivas e individuales y en múltiples ferias de arte contemporáneo[2]​ Pertenece a la Asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV)[3]​ Su trabajo examina temas existenciales, íntimos y vitales que se vuelven universales a partir de obvias referencias autobiográficas.

[5]​ Por su parte, en Nazarenos, donde retrata los trajes de los Tamboristas de Moratalla, Murcia, leemos su interés por referentes como Cindy Sherman, que utilizaba la indumentaria para provocar la reflexión sobre diferentes clichés machistas en la sociedad.

Y su serie escultórica Ovillos nos recuerda a la instalación Impenetrable de Mona Hatoum, ese cubo construido con alambre de espino, que representa el espacio del hogar como algo agresivo, violento o poco acogedor.

Sus “ovillos”, construidos de hierro y alambre de espinos, se oponen radicalmente a la idea transmite la lana, evocándonos suavidad, protección, calor.

[8]​ Como en las instalaciones del artista francés Christian Boltanski, Paula Noya cuestiona aquí la frontera entre lo ausente y lo presente, siendo su álbum familiar y los recuerdos el eje vertebral.

Según describe la artista y crítica de arte Paula Cabaleiro, sobre su obra, "El error y el fracaso, la presencia de la muerte, el hogar no siempre protector, la huella del patriarcado, la crudeza de las emociones, la cicatriz, Paula Noya nos remueve, nos incomoda porque sus obras no preguntan si pueden acceder, simplemente acceden.