El origen étnico de sus progenitores era desemejante, siendo su padre Hutu y su madre, en cambio, Tutsi.
Su padre ejercía el oficio de granjero y su madre se encontraba laboralmente muy cercana a su marido, ayudándolo en sus quehaceres.
[3] Rusesabagina compartía hogar con ocho hermanos y sus padres, eran un total de 11 personas, algo normal en aquella sociedad.
[4] Habiendo cumplido Paul la edad de 5 años, en 1959, comenzaron los primeros litigios entre los dos grupos, produciéndose la muerte del rey Murata III Rudahigwa, quien era Tutsi y había gobernado el país durante 30 largos años.
En esta época, ya se marco una sociedad separada donde imperaba el odio entre etnias.
Durante sus meses de estancia en su nuevo destino se formó en hostelería, sobre todo en vinos y comida, más tarde lo mandaron a Suiza donde se formaría en dirección del hotel desde la contabilidad, la planificación y contratos entre otros.
A pesar de crecer en su vida laboral como gerente, su relación matrimonial se iba perdiendo debido a la distancia, por lo que finalmente se separa de Esther en 1981 consiguiendo la custodia legal él sobre sus hijos Diane, Lys y Roger.
Pasó a la historia como el primer negro que se convirtió en director general de esta empresa.
Los ciudadanos no eran conscientes de a que se referían hasta el comienzo del genocidio.
En este momento, comenzaron las sangrientas y brutales masacres, las cuales tenían como único fin exterminar a la raza tutsi y a los hutus cercanos al Frente Patriótico Ruandés, siendo un conflicto también de carácter político.
Tras producirse esto, se dispone a conducirlos hasta el hotel donde es director para protegerlos.
Por el contrario, los Estados Unidos decidieron no intervenir e incluso pidió a la ONU la retirada de las tropas.
[11] En febrero de 1995, la compañía hostelera belga para la que Paul trabajaba, se fusionaría con Swissair.
Rusesabagina consiguió permanecer en su puesto de trabajo gracias a su encomiable labor durante el genocidio del año anterior.
Mientras que Ruanda daba pasos en pos de reconstruirse y recuperarse, su mujer abrió una farmacia en el centro del pueblo para intentar seguir su vida normal.
En una ocasión un soldado asaltó su lugar de residencia para asesinar a Paul, pero pudo escapar.
Además, creó la Fundación Hotel Ruanda Rusesabagina con el fin de evitar que se produjeran nuevos genocidios.
Unos años más tarde, en 2009, se muda a Texas, en Estados Unidos, por la inseguridad que sentía en Bélgica tras ser condenado por el embajador de Ruanda estadounidense por destinar dinero al grupo rebelde del Congo oriental.
[13][1] Su detención está siendo una verdadera polémica internacionalmente, ya que podemos discernir distintos puntos de vista.
Esta condena ha tenido respuesta internacional, por parte de la Unión Europea (la eurocámara) pide la liberación inmediata de Paul Rusesabagina, apelando a que viola los derechos humanos y la imparcialidad del juicio (Europapress, 2021).
La película obtuvo una gran repercusión y se difundió por todo el mundo, cosechando un notable éxito.
En este relato en primera persona, el sobreviviente Edouard Kayihura nos relata los hechos partiendo de su propia historia personal, de cómo era realmente la vida durante el tiempo pasado en este célebre hotel.
Por lo tanto, este libro expone al héroe como un simpatizante del Hutu Power lucrativo y políticamente ambicioso.