Karuhimbi también se convirtió en curandera tradicional y obtuvo popularidad por tener poderes mágicos.
Durante la Revolución ruandesa fue testigo de la violencia entre la minoría tutsi y la tribu hutu, más numerosa.
Ese niño se convirtió años más tarde en el presidente de Ruanda, Paul Kagame.
Para disuadir a la milicia hutu se corrió el rumor de que Karuhimbi estaba poséida por malos espíritus.
[3] Se pintó a sí misma y su casa con hierbas naturales irritantes al tacto para mantener su apareciencia de 'bruja'.