También en 1974 se descubrió un castro carpetano, del siglo II a. C. Algunos dicen que Patones data de la Reconquista.
Al someterse, los independientes súbditos perdieron mil apreciables y antiguas prerrogativas, y no es poca cuando el Consejo Real de la España comunicaba órdenes y decretos a los capitanes generales, gobernadores y justicias, escribía separadamente para su observancia al que regía este antiquísmo pueblo, en esta forma: "Al Rey de Patones".
No hay que reírse que esto bien puede probarse en Madrid, a pocas diligencias que se hagan; y aun tengo entendido que Su Majestad, el señor don Fernando VI, quiso informarse de las circunstancias del reino de los Patones... ¡Cuantas reflexiones morales y políticas me viene a la imaginación!
Un reino hereditario de mil años por lo menos, gobernados en profunda paz, sin otras reglas que la razón natural; un pueblo conservado en medio de España, en el cual no pudo hacer brecha el Corán, ni tanto errores como después fueron viniendo; un reino contento con la angostura de sus límites, sin dar entrada a otras costumbre, ni trajes, ni más idea que la de cultivar bien su estrecho territorio, ni más cuidado que los de sus colmenas y su ganado; los hijos de las familias sujetos a los padres, y todos ellos obedientes a su rey..
[6][7] El recuerdo del Rey de Patones ha quedado también entre los artistas.
Se fundó gracias a que los habitantes de Patones de Arriba se trasladaron a vivir abajo por la vega del río Jarama y se construyó la carretera M-102, que comunicaba el municipio con Torrelaguna.
Hoy residen en este pequeño núcleo urbano de forma permanente unos 20 vecinos, siendo la actividad principal el turismo rural y el sector terciario.
Las otras dos líneas comunican Patones con otros municipios de la zona.