El primero es de hormigón armado y se integra en el edificio del museo, con el que comparte cimentación.
Los otros tres tramos están construidos con celosía tubular.
Además, el tramo central está atirantado tridimensionalmente, con cables que forman una segunda celosía que envuelve a la principal.
Los cambios se deben a la difícil conservación del pavimento original de madera, la necesidad de contar con un suelo que no resbale tanto con la humedad y que el pavimento sea de un material que evacue mejor el agua de lluvia.
La señal ha sido colocada, según el Ayuntamiento, sin ánimo sancionador, es decir, a modo de advertencia para que los dueños de las mascotas sepan que estas pueden resultar lesionadas al transitar sobre las perforaciones del suelo de chapa.