Pero los indeterminados territorios que los polacos consideraban suyos estaban quebrantados por la guerra; la industria estaba colapsada; los trabajadores, desempleados; la producción agraria, hundida; la población, hambrienta; el Ejército Rojo avanzaba hacia el oeste al retirarse el vencido ejército alemán y en numerosas ciudades industriales se habían formado consejos de trabajadores que habían ocupado el vacío de poder dejado por los germanos.El nuevo Partido Comunista pidió la abstención, pero no tuvo ningún éxito y se formó un parlamento fragmentado pero equilibrado que en febrero aprobó la llamada «pequeña constitución», adoptada con carácter provisional.Pilsudski fue ratificado como jefe del Estado, ahora con escasos poderes, pero siguió ostentando el poder militar y puso en pie un considerable ejército.[8][9] Puesto que las fronteras con Rusia no estaban acordadas, Polonia acabó aliándose con los independentistas ucranianos y lanzó una ofensiva contra los bolcheviques en abril de 1920.[15] Sin embargo, la incapacidad de los comunistas polacos para comprender la importancia de la cuestión nacional y las aspiraciones del campesinado a una reforma agraria, y para elaborar una estrategia que pudiera atraer a la población hacia su causa hicieron que el nuevo partido iniciara su actuación en condiciones muy desfavorables.Por el contrario los socialistas le apoyaron con una huelga que impidió el traslado de tropas leales al gobierno constitucional.Sin embargo, cuando el centro-izquierda plantó cara al dictador a finales de 1929, el intento fracasó por su incapacidad para entenderse con la derecha de los Demócratas Nacionales, con los comunistas y con las diversas minorías nacionales (ucranianos, bielorrusos, germanos y judíos, principalmente).[18] En ese mismo año, el Partido Comunista Polaco fue definitivamente ilegalizado por el gobierno,[19] lo que incrementó su dependencia respecto de la Unión Soviética.Hacia 1931 Wladislaw Gomulka había conseguido organizar un apoyo obrero importante, pero el sector no tenía apenas poder de decisión dentro del partido.Su propósito era no solo implantar la dictadura del proletariado, sino también conseguir la integración de Polonia en la Unión Soviética.La Internacional Comunista no se limitó a disolverlo, sino que acordó incluso prohibir su reconstitución.