Su nombre evoca el sonido que produce el viento al circular entre las formaciones rocosas.
El resto del recorrido se realiza mediante caminatas de baja o media dificultad, en todos los casos con el acompañamiento de baqueanos que actúan informalmente como guías.
[3] En la región se encuentran evidencias de formaciones geológicas paleozoicas, por ejemplo el Cerro Blanco; carboníferas en el caso de La Torre y triásicas en Lomas Blancas y el río Chiflón, por ejemplo.
[4] Se han encontrado vestigios diseminados de madera petrificada como otra evidencia en los afloramientos triásicos.
Se destacan las áreas de morteros comunitarios tallados en piedra, múltiples y variadas estructuras edilicias, petroglifos y particularmente un pucará situado a 1100msnm aproximadamente, con una superficie estimada en alrededor de 4000m².