En la mitología romana, las parcas (en latín: Parcae) eran las personificaciones del Fatum o destino.
[1]Se llamaban Nona, Décima y Morta.
Se encargan de llevar las almas fallecidas a lugares donde pertenecen (Infierno, Cielo, Purgatorio).
Los hilos de oro significaban los momentos dichosos en la vida de las personas y la lana negra los tristes.
En la mitología griega, sus equivalentes son las moiras (Cloto, Láquesis y Átropos).