La paradoja del montón (o la paradoja sorites, sorites (σωρείτης) en griego significa «pila», «montón») es una paradoja que aparece cuando la gente utiliza el «sentido común» sobre conceptos vagos, preguntándose por ejemplo: ¿En qué momento un montón de arena deja de serlo cuando se van quitando granos?
Más específicamente, la paradoja se produce porque mientras el sentido común sugiere que los montones de arena tienen las siguientes propiedades, estas propiedades son inconsistentes: Si se aplica la inducción matemática, se comprueba que la tercera propiedad junto con la primera implican que un millón de granos de arena no forman un montón, contradiciendo la segunda propiedad.
De modo análogo, combinando la segunda y la cuarta propiedad se demuestra que dos o tres granos sí son un montón, contradiciendo la primera propiedad.
[2] En la época helenística, los escépticos emplearon la paradoja para mostrar las debilidades de sistemas dogmáticos como el estoicismo.
[3] Esta paradoja fue empleada por Samuel Beckett en algunas de sus piezas teatrales, como por ejemplo en Los días felices.