Parábola del buen samaritano

Jesús, en respuesta, le preguntó al doctor qué está escrito en la ley de Moisés.Jesús le dijo que había respondido correctamente y lo invitó a comportarse en consecuencia.[10]​ Karris señaló: «Estos dos destacados representantes de la observancia de la ley no ayudan al hombre que había sido totalmente despojado y se encontraba aparentemente muerto, por temor a contaminarse».Los samaritanos y los judíos constituían rivales irreconciliables; unos a otros se consideraban herejes.Los judíos fundamentaban sus razones en que los samaritanos hacían su culto en el monte Garizim (o Gerizim) en lugar del Templo de Jerusalén.Por su parte, los samaritanos odiaban a los judíos por las veces que estos habían destruido y profanado el santuario de Garizim.El pasaje, presenta dos significados: Jesús no hace distinciones entre los hombres en este aspecto: todos son «prójimos», sin importar nacionalidad, religión, ni ideas políticas; porque prójimo es sinónimo de próximo, cercano.El «buen samaritano» se convirtió en símbolo típico de la fraternidad humana y del humanitarismo.[13]​ Más aún, se considera la parábola del buen samaritano como uno de los criterios bíblicos para la fundamentación y el trabajo por los derechos humanos.
El buen samaritano (1647), óleo sobre lienzo de Balthasar van Cortbemde (1612-1663), muestra al samaritano atendiendo al hombre herido mientras que el levita y el sacerdote se alejan a la distancia.
El buen samaritano atendiendo las heridas del viajero (c. 1612-1615), óleo sobre lienzo de Pieter Lastman (1583-1633).
Mapa de Palestina en la época de Jesús. Jericó se encuentra al norte del Mar Muerto , Jerusalén hacia el oeste.
El camino de Jerusalén a Jericó .
El buen samaritano (1880), óleo sobre lienzo de Aimé Morot (1850-1913).
El Buen Samaritano (1630), óleo sobre tabla de Rembrandt (1606-1669), muestra al buen samaritano haciendo arreglos con el posadero.
El buen samaritano (después de Delacroix) (1890), óleo sobre lienzo de Vincent van Gogh .
La parábola del buen samaritano , por Giacomo Conti (1813-1888).