Sin embargo, dicha escalera proyectada por Gonzalo Rodríguez será la base de la actual edificada a mediados del siglo XVI por Hernán Ruiz II.
Pero aun así, los elementos arquitectónicos quedan a la sombra del extenso programa iconográfico que atesora: con base en esto se representan diversos héroes y guerreros de la tradición occidental que vendrían a solucionar la legitimación de los Páez.
De la misma intervención formará también parte el balconcillo en esquina que linda con la plaza y la actual calle Marqués del Villar.
Todo este esquema arquitectónico vendría a ser una solución que saldaría el carácter angulado del mirador en la confluencia de estas dos calles.
Según Miguel Muñoz Vázquez, durante este periodo no se acometieron obras de notable importancia.
Esta obra fue acometida por Félix Hernández Giménez siguiendo una política integradora, tal y como en el siglo XVI había realizado Hernán Ruiz II con el hallazgo del vano mudéjar.