La torre se remodela abriendo ventanales, añadiendo motivos heráldicos, así como remates en la cornisa de flameros y gárgolas.
Se adosa un cuerpo horizontal de dos pisos, con fachada abierta mediante un pórtico de dos arcos escarzanos que da acceso al zaguán y que se divide con una columna central decorada con un capitel corintio simplificado.
El conjunto se completaba con una cerca defensiva, un patio de armas y algunas edificaciones secundarias hoy desaparecidas, como cuadras.
Se cuenta que Felipe II, al leer la carta, dijo la famosa frase: “Yo mandé mis naves a luchar con los hombres, no con los elementos”.
Allí se celebrarán cursos, talleres, exposiciones y toda clase de actividades culturales.