Se encuentra enclavado en un parque forestado de 62 hectáreas en las orillas del río Santa Lucía.
En 1909 Tajes vendió la propiedad a Arturo Heber Jackson; en los años 1950 fue convertido en un elegante bar y restaurante con salón de baile.
Arredondo señala, " la euforia nacional olvidó por completo su ambiente y su origen hispánico.
Se vieron construciones neo-góticas, renacimiento francés e italiano, villas romanas, estilos ingleses y franceses , hasta ponpeyanas(...), pero en mi opinión predomina en aquel los llamado cajón de satre, el gusto por las villas italianas, nobles, grandes, señoriales."
Su arquitectura se caracteriza por un núcleo central que deriva a la distribución simétrica de los espacios.
Esta verja al igual que toda la herrería de la Casona fueron realizadas en el Uruguay por Valentín Gianone, quien además realizó importantes obras de herrería artística en nuestro país.
Desde el año 2008 la quinta y todo el parque circundante, fueron catalogados como Monumento Histórico Nacional, no solo por el alto valor arquitectónico del mismo, sino también por haber sido testigo de muy ilustres propietarios, entre ellos el presidente Joaquín Suárez, María Josefa Álamo de Suárez y el teniente General Máximo Tajes, entre otros.