En el siglo XVIII, muchos canónigos se construyeron palacios y casas propias, por lo que la antigua residencia quedó vacía.La primera es la principal y se localiza en la calle Mayor de Orihuela.La segunda parte es la que se corresponde con la construcción del obispo Flores Osorio.[3] La decoración en la fachada sigue el esquema de los palacios barrocos del siglo XVIII, reduciéndose la decoración a los vanos (ventanas y puerta) siendo muy profusa en la portada principal, en cuyo dintel campea el escudo del obispo constructor Flores Osorio.La planta noble constituía la residencia del obispo, encontrándose en ella las estancias más nobles como la sala de audiencias, el salón del trono, la escalera principal, la Capilla o la Galería de Obispos.El segundo piso constituía la residencia de otros sacerdotes y sirvientes.Además en la planta baja también tenía viviendas para sirvientes, además de otras estancias como la cocina, las caballerizas, las cocheras, el patio de la curia o el claustro principal.[4] En el interior posee un pequeño pero bello claustro de estilo barroco clasicista con grandes pilastras.Los mayordomos de dicha cofradía, donaron al obispo la estancia y él se construyó una capilla sobre suelo sagrado (debajo está la capilla del Loreto, perteneciente a la S. I.Es de factura barroca adornada con pilastras que culminan en capiteles compuestos.Un ejemplo es la galería del sobre claustro, donde además se encontraba el episcopologio de la diócesis (actualmente en el Seminario Diocesano de San Miguel (Orihuela)) y en su parte trasera posee dos galerías, una adintelada (la del primer piso o planta noble) y otra con arcadas y columnas dóricas del siglo XVI (en la planta baja) que daban una perspectiva sobre el río y la ciudad de Orihuela.
Detalle de la portada principal.
Fachada sur del palacio, donde se observa el claustro.