No obstante, de acuerdo con la geografía española pueden recibir diferentes denominaciones locales por los campesinos.
Así, en Cantabria se denominan también burros, borricones, burriquillos, borregos, borreguitos, margaño o porcachos, entre otros.
En la meseta central de España se conoce, sin embargo, como almiar o ameal.
Una vez completado todo el pajar con hierba, la sobrante debía ser apilada a la intemperie.
La hierba es peinada con un rastrillo en sentido longitudinal para facilitar que el agua resbale.
Las hacinas han sido muy tradicionales y utilizadas por los ganaderos de Asturias, Galicia o Cantabria hasta la aparición del ensilado de hierba con maquinaria agrícola y la utilización del plástico.
Los granjeros deben tener cuidado con los niveles de humedad para evitar esta "combustión espontánea", porque el fuego en un pajar puede ser muy peligroso.