Como indica su nombre, es un cristianismo adaptado al sustrato social, religioso y psicológico del mundo pagano, mayoritario por entonces en el Imperio romano.
El paganocristianismo nació como una adaptación del ideario cristiano al entorno pagano que vino motivada por la aversión que los paganos sentían hacia ciertos aspectos de la ley judía (como la circuncisión o la prohibición de ingerir alimentos sacrificados a los ídolos).
Antioquía, ciudad pagana por excelencia, y liberal en sus costumbres, fue el primer escenario donde se experimentaron formas cristianas que relajaban la observancia del judaísmo.
Pabló fundó en Europa y Asia Menor comunidades paganocristianas en ciudades como Filipos, Tesalónica, Corinto o Éfeso.
A principios del siglo II, Ignacio de Antioquía propugnaba una ruptura total con el judaísmo.